Hay pocos artistas en los que su trabajo nos ofrezca tan nítidamente el retrato de su autor como en el caso de Elsa Zorn. Cada nuevo tema suyo revela una pieza más del puzle que va formando esa perfecta comunión obra-vida y sólo en una muestra extensa y completa como esta podemos realmente apreciar en su totalidad su impresionante universo creativo.
Recorrer su exposición es ir descubriendo cuadro a cuadro, dibujo a dibujo, una artista honesta y sólida, amplia en su territorio e intensa en los recorridos por cada uno de los múltiples campos que transita.
La pincelada suelta y fresca o firme y certera según lo requiera el tema, pero siempre contundente y segura, aparece o se desvanece a su gusto. Se adecúa siempre a las necesidades del tema mostrando su profundo control del gesto y el movimiento de la pintura en el cuadro.
De igual modo, el color nace de manera natural en su obra y se intensifica o se atenúa moldeando a su antojo la intensidad de la imagen. Asistir a la apabullante variedad de gamas que puede abordar con naturalidad y completo dominio de cada paleta en esta muestra es una delicia.
Pero es sin duda para mí, su dominio de la luz, de su intensidad y sus matices, de las gamas que genera y las sombras que la envuelven, lo que más me cautiva en la obra de Elsa. Intensifica los colores y las texturas en sus paisajes con deslumbrante luminosidad. Moldea con suavidad o contundencia, pero siempre con maestría sus retratos y figuras tanto en dibujo como en color. Y actúa de gran dama que todo lo ordena en sus personales creaciones para sus bodegones. Un dominio semejante de la fuente de toda forma o color es muy difícil de encontrar y siempre un maravilloso regalo que disfrutar.
Jaime Valero Perandones Artista
SOBRE LA EXPOSICION
 “NATURALEZA” 
SANCHINARRO MARZO 2024

Me considero una pintora realista. He contado con la extraordinaria ayuda de maestros, artistas y pintores que me han acompañado en un largo camino de aprendizaje. Gracias a ellos he logrado la libertad de representar muy diferentes temas, pintar tanto paisaje “en plein air”, como hacer retratos. La secuencia de mis cuadros es inseparable de las experiencias en mi vida, los lugares que habito, las personas que conozco, o aquello que me conmueve.

Nunca dejaré de aprender. Con cada cuadro me pregunto si conseguiré emocionar al espectador, si representa lo que yo veo en la mirada de un perro o en la luz sobre un árbol. Me fascina estudiar anatomía aplicada al arte, tanto humana como animal, admirar las obras de los grandes Maestros del Museo del Prado y mejorar en dibujo al natural.

Considero que la pintura de bodegón es la mejor forma de aprender a pintar.  Dentro de las múltiples dificultades que entraña la pintura realista, al menos puedo decidir qué objeto me interesa y lo coloco e ilumino a mi voluntad. Y ahí se queda, en el micromundo de luces y formas que hablan entre sí, como en un pequeño escenario, esperando a ser pintado. Es sin duda, la pintura más personal e íntima, y también, por desgracia, algo despreciada hoy en día por el público.

La pintura “en plein air” o al aire libre, que a veces conocemos como “pintura rápida” en España, me sigue proporcionando muchas alegrías, porque me acerca íntimamente a la naturaleza. Sólo quien ha pasado horas estudiando el color de las sombras en movimiento podrá entender la felicidad de vivir el momento. La pintura de paisaje, sea del natural o a partir de fotografía, tiene sus propias normas, y la naturaleza nos ofrece la más amplia paleta de color.

De todos los géneros, la figura humana sigue siendo el camino más corto al corazón del espectador. Los grandes pintores de la historia lo han sabido, y se han esmerado en mejorar sus habilidades para reproducirlo de forma convincente e incluso lucirse en un desnudo. A partir de las vanguardias, la pintura de Academia con modelos del natural fue desapareciendo, pero vivimos hoy en día un repunte realista, que se ha venido en llamar “realismo contemporáneo”.
En los últimos diez años han aparecido nuevas academias y estudios dedicados a esta difícil tarea en toda Europa y también, afortunadamente, en España. Es curioso que este renacimiento del arte realista o figurativo haya venido de EEUU, como una especie de gigante péndulo histórico que regresa al viejo continente. Se ha recuperado asimismo la formación tradicional de estudio o de “Atelier”, donde se observa cuidadosamente el relieve externo de la anatomía humana, las estatuas del periodo clásico, así como las técnicas de los grandes maestros del pasado. Al mismo tiempo, el desarrollo tecnológico de una fotografía de calidad extraordinaria permite llegar a unos niveles de precisión inimaginables que son una ayuda imprescindible para el pintor realista contemporáneo.

Podemos pintar personas en movimiento, en el aire o bajo el agua, de día y de noche y en cualquier lugar. Tenemos toda la libertad que nuestra imaginación precise, podemos plasmar mundos mejores, podemos invitar a observar casi cualquier cosa.
Podemos retratar una mujer Homo sapiens de la prehistoria dibujando en el interior de una cueva, absorta en su creatividad. Ese momento es, para mí, lo más valioso en la naturaleza del ser humano.
PAISAJES
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